La limpieza facial es fundamental en el cuidado diario, ya que permite que los principios activos de los cosméticos penetren mejor en la piel y actúen de forma más duradera y eficaz.
A lo largo del día, el rostro está en continua exposición a agentes medioambientales, como la contaminación, el polvo, el polen o los cambios de temperatura. De la misma forma, se acumulan sobre el cutis el exceso de sebo, el sudor o -en caso de usarlo- el maquillaje.
Durante la noche, nuestro organismo elimina sustancias a través de los poros, creando una capa sobre la dermis que debe ser retirada con un limpiador antes de aplicar cualquier tratamiento facial.
La importancia de una buena limpieza facial
La mayoría de limpiadores contienen detergentes agresivos que desproveen a la piel de sus aceites naturales, causando una desregulación en la producción de sebo. Por ello, después de lavarte el rostro sientes la piel seca y tirante.
Es importante utilizar un limpiador que sea amable y respetuoso con la piel para evitar su desequilibrio. Rainforest está formulado para respetar la barrera cutánea y regular la producción de sebo. Limpia la piel en profundidad, dejándola suave y aterciopelada.
Rainforest tiene una textura cremosa que, en contacto con el agua se transforma en una leche de sedosa. Acaricia y masajea tu piel durante unos instantes. Inspira el refrescante aroma del aceite esencial de eucaliptus, aclárate la piel con agua tibia y sécala con una muselina o dando pequeños golpes con la toalla, sin frotar. Sentirás la piel limpia, fresca, suave y calmada.
Ingredientes estrella de Rainforest
- Aceite de almendras: un excelente emoliente que ayuda a mantener la piel en un correcto equilibrio y evitar la pérdida de agua. Destaca por sus beneficios limpiadores, atrayendo la suciedad y el exceso de grasa para liberar el poro y conseguir una piel suave. Es rico en ácidos oleicos y vitaminas A, B1, B2, B6 y E.
- Arcilla verde: sus notables propiedades absorbentes, antisépticas y purificantes equilibran el exceso de grasa, liberando a la piel de toxinas e impurezas sin desproveerla de sus aceites naturales. Además, realiza una suave exfoliación que estimula la regeneración celular, revitaliza la piel y estimula la circulación. El resultado es una piel suave y descongestionada.
- Aloe vera: una planta repleta de enzimas, vitaminas y antioxidantes que le confieren interesantes propiedades regenerantes, antiinflamatorias y antibacterianas. La sábila regala a la piel un efecto refrescante y calmante, a la vez que la enriquece con vitaminas del grupo B, A y C, y restaura el colágeno y la elastina. Además, contribuye a eliminar el exceso de suciedad y la grasa acumulada en los poros, convirtiéndose en una planta estrella para combatir el acné.
- Miel cruda: utilizada desde la antigüedad para aliviar un amplio abanico de enfermedades, dolencias, quemaduras y afecciones de la piel. Naturalmente antibiótica y antiinflamatoria, especialmente interesante para pieles sensibles y con tendencia al acné, la miel aporta una auténtica explosión de vitaminas, enzimas y aminoácidos que promueven la curación y la regeneración de los tejidos. Recolectada y procesada manteniendo siempre sus propiedades intactas, esta miel local actúa como humectante natural, atrayendo y reteniendo la humedad para garantizar una piel saludable.
- Aceite esencial de eucaliptus:con un aroma fresco y herbal, este preciado aceite esencial resulta un poderoso desinfectante natural que aporta un efecto totalmente refrescante. Actúa como tónico vigorizante y reafirma los tejidos. El principio activo eucaliptol tiene propiedades antibacterianas. Según la aromaterapia, potencia la concentración y levanta el ánimo.
Con cariño,
Annie