Una flora intestinal sana no sólo es fundamental para la salud del sistema digestivo, sino que está completamente relacionada con la salud de la piel.
Existen situaciones por las cuales nuestra flora puede verse alterada. Por ejemplo, las infecciones, los antibióticos o hábitos poco saludables. Una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable nos ayudarán a mantener el intestino en buen estado y nos encontraremos mucho mejor.
La salud de la piel empieza en la flora intestinal
Para restablecer el buen estado intestinal es fundamental consumir alimentos que contengan probióticos y prebióticos.
- - Probióticos: productos ricos en microorganismos vivos y ácido láctico, y los encontramos principalmente en los yogures, sobre todo en los enriquecidos con bífidus, que además aportan proteínas de alta calidad, minerales y vitaminas.
- Prebióticos: son un tipo de fibra que sirve de alimento al probiótico. Su principal función es la estimulación del crecimiento de las bacterias, así como el incremento de su actividad.
La flora intestinal está compuesta por unos 100 billones de bacterias, principalmente lactobacilos y bifidobacterias. Algunas de las cepas más importantes son:
- Bifidobacterium lactis: se encuentra en grandes cantidades en el intestino de los bebés lactantes, y por ese motivo se estudia su papel en las defensas naturales.
- Bifidobacterium longum: es una de las cepas más estudiadas de todas las que se encuentran en el intestino humano.
- Lactobacillus rhamnosus: un fermento láctico que se localiza en el queso.
- Lactobacillus plantarum: se halla en los fermentos lácticos, así como en la mucosa gastrointestinal.
- Lactobacillus acidophilus: esta cepa está en la boca, el intestino delgado y en algunas leches fermentadas.
- Lactobacillus paracasei: está presente en la elaboración de los quesos.
- Bacillus coagulans: los yogures y la leche fermentada son los alimentos que la contienen.
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Con cariño,
Annie